Tras leer algunas malas críticas de este film decidí acercarme a una sala de cine y comprobar si todo lo malo es cierto: en mi opinión no lo es. Si que tiene clichés que se pueden generalizar entre las miles de películas de abogados que hay, pero es entretenida y no del todo predecible en cuanto a los acontecimientos. Al menos en mi caso hay algunos detalles que no esperaba.
El argumento es bastante manido. Un joven rico es acusado de agredir e intentar violar a una prostituta y a ella se le tacha de cazafortunas y oportunista. El joven rico y guapo asegura por todos los medios estar limpio y ser inocente. Con el transcurso de los acontecimientos las cosas se complican y nada es lo que parece.
Una de las principales críticas es contra Matthew Mcconaughey. Hay actores mucho menos creíbles que él pero parece ser que la losa de “pésimo actor” irá a sus espalda mucho tiempo. Y no creo que sea justo. Creo que hace un papel correcto aquí: es un hombre con clase, con chulería incluso con ciertos aires de soberbia que le vienen muy bien al personaje. Hay quien dice que es un modelo con aspiraciones a algo más, yo creo que es un modelo y actor, no el mejor, pero tampoco el más mediocre. Su papel de abogado es bastante típico y cumple grandes tópicos, como el hecho de ser un insensible abogado de éxito al que le preocupa más el dinero y sus honorarios que la justicia (esto al comienzo). Pero, por casualidades de la vida, en un segundo todo cambia y la conciencia se apodera de él de nuevo (¡vaya casualidad!). Vuelve a ser humano y a creer en el sistema judicial (un sistema judicial muy teatral, como siempre se hace ver en la mayor industria del mundo, donde las pruebas importantes siempre llegan en el último minuto). Es el momento de volver a luchar, de encerrar al malo y liberar al bueno. Como dato anecdótico, me hizo mucha gracia ver en la matrícula del coche la palabra “NtGuilty”. Por cierto, los momentos con sus chófer me parecen de lo más original de la película, el abogado todopoderoso tiene corazón y amigos.
El resto del reparto se completo con una gran Marisa Tomei, elegante mujer, con personalidad, hace un buen trabajo aquí como voz de la conciencia, esa parte buena y justa que todos tenemos (o casi todos). Con su presencia llena la cámara, y a su favor he de decir que la arruga es bella. Más cerca de los 50 que de los 40 parece no importarle el paso de los años, y la verdad que está muy guapa, la edad le sienta fenomenal a esta gran actriz que ha sido candidata al óscar en 3 ocasiones. También vemos al joven Ryan Phillippe, al que se acusa de maltrato (en el film), y que hará todo lo posible para que el veredicto del jurado no lo condene. Un papel discreto, la cara de niño bueno parece ayudarlo con la interpretación, aunque en mi opinión creo que es él actor más flojo de toda la película. William H. Macy como Frank, Bryan Cranston (Walter en la gran “Breaking Bad”) o Michaela Conlin (Ángela Montenegro en Bones) completan un reparto nada discreto.
No se si merece la pena acudir al cine como desesperados, lo dudo, pero no es una película horrible que logre adormecer a la audiencia. Puede ser algo entretenido si tienes un rato libre y no sabes que hacer.