Jamás me cansaré de verla, una y otra vez. Y lo mejor de todo es que siempre sacas algún detalle nuevo diferente... ¡qué gran película! Ya desde el principio engancha: "Erase una vez, en un país lejano, un joven príncipe que vivía en un resplandeciente castillo. A pesar de tener todo lo que podía desear, el principe era egoista, despota y consentido..." Esa voz...¡cautiva! Y lo mismo ocurre con la música que acompaña a la voz en off. Podría escucharla una y otra.
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Los malos son malos pero no llegas a odiarlos, y a los buenos, que al principio hacen de malos, les coges cariño desde el mismo instante en el que aparecen. Con 24 años, la historia se ve predecible, como todas las de Disney, pero eso no hace que pierda el encanto, no me impide verla de nuevo, y sonreír con cada escena de amor o estremecerme cuando "Bestia" grita.
La historia es preciosa, sí, pero si a eso añadimos una banda sonora del calibre de ésta, nada puede fallar. La escena de la escalinata con la famosa vocecilla de fondo "Se oye una canción, que hace suspirar...", simplemente indescriptible. También es espectacular la canción-musical que se produce, de repente, en la cocina del castillo.
Si aún queda alguien, algún alma descarriada en el mundo que haya osado no verla... ya puede ponerse las pilas!! Un saludo